martes, 13 de septiembre de 2011

Mariví

Acabo de leer tus libros sin conocer la isla. Supongo que es una lectura diferente más práctica si conoces Formentera y con más fantasía si no la has pisado nunca.
No es necesario conocer la isla para leer los libros, ya que justamente el valor que poseen es, entre otros, la desnudez a la que te sometes.
O la desnudez que la persona que te lee puede imaginarse y si la imagina el lector, existe. Al menos para él.

Al leerlos se puede pensar que eres mucho más ingenuo de lo que ya creía y que ya era bastante.
Un poco de rabia si que he sentido al leerlos, sobre todo por ver como se te caía la babita con Chelo. Que digo yo que debe ser un encanto, ni lo dudo, pero... con tantos defectos como virtudes...

A mi me gusta más el protagonista, tú, que la Chelo. Será que te tengo enchufe, pero así es.

Me imagino un tercer libro, el correspondiente a este verano, en donde nos contarás las maravillas que has vivido. Sin Chelo ni su cello, tú solito, con los peces, los amigos, tu soledad,...

Pero por favor, trata de cuidar un poco más a mi favorito, que en los dos libros anteriores no sale bien muy bien parado, que todo el rato trata de ridiculizarse (eso si, dice él que luciéndose)

Haz el favor de tratarlo como se merece.
Un poquito de justicia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario