Me llamo Jaime y nos conocimos la semana pasada en Formentera.
Te compré Luz de verano en el mercadillo de la Mola y lo leí en la isla. Luego adquirí Luna de Formentera en el Hostal Rafalet y lo terminé de leer ya en Zaragoza. Estuvimos desayunando juntos los tres en la terraza del Rafalet justo antes de que nosotros abandonáramos la isla.
Quizás recuerdes que Elsa y yo te comentamos que pasar unos días en Formentera nos transmitía una gran paz, nos relajaba y tú nos preguntaste si sabíamos cuanto tiempo permanecíamos en dicho estado una vez volvíamos a nuestra rutina. En el momento no supimos qué contestar, no éramos conscientes de la duración. Ahora sí se la respuesta: Muy poco, casi nada.
Pero la parte positiva ha sido que gracias a la lectura de tu libro la sensación permanecía un tiempo más. Decidí administrar el libro y leer un capítulo cada día aunque me supiera a poco, alargar en el tiempo el Estado de gracia.
No puedo más que darte las gracias por haber encontrado en tus libros la Formentera que buscamos cada vez que viajamos a ella.
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